Realidades no designadas, un "Nuevo Mundo" que había que bautizar con ayuda de palabras que ni sabían cómo sonaban; realidades parecidas, pero que no eran de la tierra, que eran de peor calidad (tortilla 'pan de maíz'); realidades que se superponían a través de fórmulas disyuntivas (cacique o mandón); palabras que ya Nebrija incorporó en su Vocabulario (canoa 'nave de madero'); palabras que nos trajeron aquellos misioneros de las lenguas de aquellas tierras (papa, chocolate, aguacate, tiza, caimán); palabras que exportamos y que aún se escuchan por aquellos lares (agujetas, durazno,...) ¡benditos arcaísmos que retumban en nuestros oídos!; palabras que mejor no pronunciar (allá las cosas no se cogen, se agarran o se toman); palabras; palabras; palabras,... ¡benditas palabras que tienen billete de ida y vuelta! Estos misioneros no sabían que, bajo la magnificencia de su obra estaban convirtiéndose en los primeros correctores de estilo geográficos, aquellos que hoy sólo se pueden asociar a la inconmesurable labor de los actuales redactores de algunas insufribles telenovelas. Insufribles en argumentos, pero de un incalculable valor lingüístico, que tienen como meta la búsqueda del llamado "Español Internacional". Es, como dije alguna vez, un "Arte Nuevo de hacer culebrones".
Hace unos días, paseando por Chipiona, el destino trajo a mis manos un pequeño gran tesoro. La voz placentera, dulce e ilusionada de mi antigua profesora me susurraba al oído "llévatelo, llévatelo, que sé que te gustan estas cosas". Pagué la cláusula de aquel viejo tesoro. Desempolvé las pastas, le sacudí el polvo y lo tengo preparado para comenzar a releer una de las joyas de "Las Indias". Sus páginas me traen recuerdos del ímpetu y entusiasmo de aquellas clases que me adentraron en el apasionante mundo del español americano. No obtuve el Diario de Colón, pero al menos ya he conseguido La destrucción de Las Indias de Fray Bartolomé de Las Casas.
3 comentarios:
Enhorabuena por la adquisición, por los conocimientos y por la vocecita "brava" que te impulsó hacia los brazos de tan insigne obra. Esta entrada me hace recordar tus magníficos apuntes de Español de América, que tanto me hicieron disfrutar en su momento, incluso ahora, cuando miro las antiguas fotocopias y pienso en tantos buenos ratos compartidos.
A propósito de los culebrones, jeje, lee esta noticia, que te vas a reir:
http://www.elpais.com/articulo/Revista/Verano/arabes/vibran/ritmo/telenovela/turca/elppor/20080806elprdv_6/Tes
Perdona,no ha salido el enlace entero, este es el correcto:
http://www.elpais.com/solotexto/articulo.html?xref=20080806elprdv_6&type=Tes
Es bastante interesante. HAbrá que buscar algunos episodios de Noor. Si la televisión puede conseguir ese tipo de cosas, por mí que sigan haciendo culebrones infumables.
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