Gente que iba y venía de casa para darme "su último adiós", como si me fuera a la guerra o como si me fuera a ir de casa para siempre. Todos pensaban que no sabría desenvolverme en el mundo sin tener a mis espaldas la protección de mis mayores. Parecía que sólo los que parecen ser más "avispados" eran capaces de hacerlo. Aquellos que siempre han presumido de saber más y de tomarnos el pelo, como si no nos diéramos cuenta a leguas de su naturaleza... De hecho, creo que nunca han logrado hacerlo, al menos no por mi parte.
SE EQUIVOCABAN
Me veían como una niña de papá que sólo da sus pasos con el consentimiento de su familia, que no era capaz de sobrevivir en una casa ajena a la mía, en un contexto diferente al mío.
SE EQUIVOCABAN
Pensaban que era débil y que no tenía experiencia más allá de las rejas de mi casa. Que sólo era diestra en la materia del estudio.
SE EQUIVOCABAN
Sólo pensaban en protegerme. Pensaban que no era capaz de hacerlo. Que tomaba una decisión incorrecta e innecesaria.
SE EQUIVOCABAN
Llegado el día, preparé mis maletas SOLA. Sólo mi padre se prestó a ayudarme. Él me dio su cadenita de oro de su madre. Pensaba que así me protegía. Él sí sabía que era fuerte. Él sí sabía que era capaz de sobrevivir sola. Él se apagaba, pero sin asfixiarme y sin hacerme sentir mal e incómoda. Él nunca pensó que fuera un capricho mío. Alguno que otro llegó a pensarlo, pero eso ya no me importa.
ÉL NO SE EQUIVOCABA...
Terminadas las maletas, tras una larga tarde de despedidas, me faltaba la más difícil y extraña de todas. Por una parte me faltaba el aire, pero por otra necesitaba expulsarlo y tomarlo desde otra parte del mundo. Gelves se me quedó pequeño (aún se me queda chico). Necesitaba respirar. Aquella noche, al salir del Paseo de la Constitución, los recuerdos se me abultaban y se me solapaban. Intentaba limpiarlos con el limpiaparabrisas. Pero las gotas de lluvia no caían del cielo, sino de mis ojos, que, con el paso de los minutos, habían inundado mis pensamientos.
YO YA SABÍA QUE LO QUERÍA
Aquella, sin duda, fue la espina que más se me clavaba. Sabía que, a mi vuelta, toda mi familia me esperaría, igual que siempre, pero él...
ESO YO NO LO SABÍA...
Mis padres ya habían visto su foto. Pensé que no podía irme sin decirles que no me iba a la aventura, que no era ningún capricho. Me iba no sólo para trabajar, sino para sentirme útil por mí misma. Sabía que era fuerte y que no me escondo ante los problemas. Tenía la oportunidad de empezar a hacerme mayor.
YA ERA HORA DE PLANTARLE CARA A LA VIDA
6 comentarios:
Todos creíamos en tí y tú lo sabes. Para mí has sido siempre un ejemplo de trabajo, esfuerzo, dedicación y honradez, no solo en lo profesional sino en lo personal. LO HICISTE FENOMENAL, y tomaste la mejor decisión en el mejor momento. Alégrate ahora por ello y solázate en la distancia del momento.
TQM
Ya hace casi un año de todo eso y, aunque fue muy difícil, ya está todo pasado.
Ahora comienza otra etapa distinta y verás como también sale bien.
Una cosita que se me ha olvidado y que me ha resultado muy llamativo.
Al ver escrito aBispado en el texto se me ha venido a la mente el toro que mató a Paquirri y que siempre había visto escrito como aVispado, así que me parece que hay un error ortográfico en el texto, con lo que no me he podido aguantar el corregírtelo, jeje.
Aaaaaaadió.
quizá debiera haberle puesto comillas, iba con el sentido de gente que va como las abispas "picoteando" de aquí payá para introducir su veneno.
de todas formas, gracias.
perdon, llevabas razón, se me fue la pinza. hasta el mejor escribano echa un borrón. menos mal que te tengo aquí para corregirme.
Sí, pero de primera sigue pensando que lo ha hecho bien en lugar de comprobarlo. Si es que no puede ser...
Publicar un comentario