DÍA DE PLAYA

Comienza un nuevo día. Nos disponemos a dejar la casa decentita, las dos matriarcas hacen la comida, mi hermana se va a dar clases de inglés, vuelve, nos ponemos los bañadores y el primer turno se dispone a iniciar la expedición. Ahora es mi hermana la que conduce (¡qué mayor se me está haciendo!). Nos pone sus músicas (una de Chayane y otra de Kate no sé qué que canta en francés) y atracamos en el Faro Blanco.

OPERACIÓN SOMBRILLA
Mi tío se pone a "hincá la hombrilla" como dicen la gente de por aquí. Una queda intratable, la otra no tiene buena pinta. Hacen lo propio mis compañeros de expedición. Faltan las matriarcas, a las que llamamos por el apelativo cariñoso de "Las Niñas".

VISITAS
Hoy se presenta como un día diferente. Viene mi prima con su marido y sus dos hijos. La playa es tan diferente cuando la vives con niños... Pero sobre todo esos niños. El primogénito me trae tantos recuerdos... ¿Dónde estarás? Aún sigo perdida en mi Viaje a ninguna parte.

LA PLAYA
La marea ruge sin contemplaciones. Los ojos desorbitados de los mayores dicen un "NO AL BAÑO". Los más pequeños, por su parte, se entretienen con las olas, con el canalito, con las piedras, con los peces, con las banderas, con la pelota, con... con... con... De buenas a primeras, te sientes como referente de un ser tan pequeñito que piensa que, por el simple hecho de ser mayor, eres importante. Pero su instinto de protección es abismal cuando su padre, su fiel e incondicional amigo, dice estar en apuros en el agua. El pequeño no duda en lanzarse al vacío para salvarle. ¡QUÉ MARAVILLA!